domingo, 13 de noviembre de 2016

No estaba muerto estaba de parranda (dos)


Hoy venía a quejarme como siempre, y es que he llegado a la conclusión de que este es una especie de pensadero, como el de Dumbledore, pero de lamentaciones. Pero he recordado que en menos de una semana me voy a tatuar y voy a ir a ver a Carlos Sadness con una de mis personas favoritas, y no sé, siento como cosas dentro. Debe ser felicidad. O hambre.
De todas formas, a pesar de esta dicha, paralelamente siento el desasosiego que me acomete de vez en cuando, pero últimamente con mucha más intensidad. Y es esa sensación de estarme perdiendo cosas. De no poder abarcar todo lo que me gustaría. De no poder aprender todo lo que quisiera. De no poder visitar miles de sitios increíbles, u horribles, da igual, pero que quisiera catalogar yo misma. De no embarcarme en miles de aventuras a través de novelas que no leeré, de no evadirme del mundo con canciones que nunca escucharé. De no poder elegir todos los caminos que se me presenten, y por ello, que seguir uno signifique descartar todos los demás. Y lo que más miedo me dá de todo es que esta sensación no desaparezca nunca o que por esta búsqueda contínua e infinita no pueda centrarme en nada ni nadie.
Y como no quiero que esta entrada incite al suicidio (no quiero más problemas con la ley) quedémonos con disfrutar de todas las cosas que podamos.
Como los gifs graciosos.